Inmeso en el azul del cielo busco incesante la magnificencia de Dios,
mi alma alerta y los sentidos esperan unidos una señal de amor.
Vivo errante y en tinieblas, sin perder la esperanza de encontrar la luz,
en este mi pequeño mundo, que ha perdido el rumbo de tanto dolor.
La nostalgia del ayer me nutre y me contiene para seguir así,
buscando ansiosa tu mirada noble, que como a un roble me tallará.
Siempre constante será mi llamado, pues a tu lado vida tendré,
y así mi destrozado corazón envuelto en tu pasión, seguro sanará
Por Silvia Beatriz
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